El ritmo de trabajo en fábricas, talleres y almacenes puede ser muy intenso. No obstante, a veces con pequeños detalles es posible mitigar el cansancio generado por tanta actividad física. Buen ejemplo de ello es la aplicación de un suelo antifatiga. Este no solo aportará mayor suavidad en la pisada, sino que además nos permitirá reducir el nivel de ruido, absorberá mejor los impactos e incluso podrá aislar del frío, entre otras ventajas. Los hay de todo tipo de materiales y con propiedades diversas, por lo que será fácil elegir en función de la actividad que se vaya a realizar sobre él.
El material de los tapetes antifatiga varía de un modelo a otro. Los más destacados son:
Las propiedades antideslizantes son otro aspecto importante a la hora de elegir un tapete de descanso industrial. En cualquier entorno de trabajo es indispensable garantizar la seguridad de los operarios. Por ello, hay que optar siempre por productos que garanticen la movilidad sin riesgo de resbalones. A la hora de medir la resistencia al deslizamiento, nos encontramos con una serie de niveles estándar definidos por la norma DIN 51130:
Si bien el material juega un papel importante respecto a las propiedades antideslizantes, también es fundamental el relieve. Las más lisas suelen ser las más resbaladizas. Para evitar riesgos, se puede optar por algún modelo de superficie estriada. También las hay perforadas tipo panal de abeja, es decir, formadas por pequeños orificios por los que el agua o los líquidos pueden circular e irse hasta algún punto de drenaje, siendo más aptas y seguras para espacios húmedos. Finalmente, también las hay con superficie de burbujas, unos pequeños semicírculos que sobresalen por la parte superior.
El sistema de montaje más generalizado de las alfombrillas antifatiga es el modular, en el que las diversas piezas, un poco a modo de baldosas, se unen mediante juntas encajables. Este sistema ofrece mucha flexibilidad, ya que el tamaño de la alfombra lo podremos ajustar según nuestras necesidades, pudiendo llegar a cubrir áreas muy extensas. Las hay también que se pueden comprar en una sola pieza, aunque suelen estar disponibles en diversos tamaños, ya sea para un pasillo algo más largo como para un puesto de trabajo individual.
La gran mayoría de esteras antifatiga son para uso en interior. En este sentido, las hay para interiores secos o para interiores húmedos; estas últimas suelen ser las perforadas, que como hemos mencionado, cuentan con orificios a modo de sistema de drenaje. Hay algunos modelos que también permiten un uso en exterior como, por ejemplo, los fabricados con PVC; un material que soporta bien la intemperie. Eso sí, si además de PVC se componen de algún otro elemento como, por ejemplo, el fieltro, es posible que entonces ya no podamos tenerlas instaladas fuera. Especial mención merecen las que son aptas para zonas ESD con propiedades antiestáticas.
Los accesorios más destacables que se pueden encontrar para los suelos antifatiga en Jungheinrich PROFISHOP son las esquinas y los bordes biselados para algunos modelos modulares. Estos bordes son muy útiles para evitar tropezones cuando se accede a zonas con estas alfombrillas instaladas a la vez que pueden facilitar el paso de carros de transporte, estaciones de trabajo móviles y, en definitiva, de cualquier mueble o máquina con ruedas. También son interesantes para las esteras perforadas tipo panal de abeja, unos minicepillos redondos que se encajan en los orificios y que ayudan a limpiar el calzado de trabajo.